Mi Corazón está colmado de gran misericordia por las almas y sobre todo por los pobres pecadores. Si pudieran comprender que yo soy para ellos el mejor de los padres, que para ellos ha brotado de mi Corazón sangre y agua como de un manantial desbordante de misericordia, que para ellos vivo en el tabernáculo y como Rey misericordioso deseo colmar a las almas de gracias... Pero no quieren aceptarlas. Ve tú lo más asiduamente posible a recoger estas gracias que ellos no quieren aceptar, y con esto consolarás mi Corazón.
Jesús a Santa Faustina
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