El alma que confía plenamente en Dios no puede perder la paz.
El alma que sabe que Dios la ama no puede perder la paz.
El alma que conoce la misericordia de Dios no puede perder la paz.
El alma que no pierde la paz, que se muestra ecuánime y equilibrada, vive ya en el mundo sobrenatural.
Nada adverso la hiere, su vista está fija en Dios, que todo lo puede y la ama.
Corazón de Jesús:
Conservadme la paz en medio de mis dolores
Sostenedme para conservar la paz en mis sufrimientos
Reinad en mi para vivir la paz
Que tu paz me inunde de alegría
Que tu paz me fortalezca
Que tu paz gobierne las almas y el mundo
Práctica:
No te intranquilices por pequeñeces
No te irrites por nonadas
Conserva tu paz ante las mil contrariedades que constantemente nos trae la vulgaridad de la vida cotidiana.
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