Hijos de Dios, transformémonos juntos en el Dios Hombre paciente que nos mostró tanto amor que murió por nosotros de modo tan ignominioso, doloroso y amargo. ¡Y sólo por el amor que nos tuvo!
Oh Dios Hombre, haz que sepa
mos considerar cuán pura y fielmente nos amaste, y sin medida, ofreciéndote enteramente por nuestro amor. Y quieres que esa pureza de amor y fidelidad humildísima te sea de algún modo correspondida por tus hijos. Haznos, pues, constantes para Ti que eres fidelísimo.
Oh Dios Hombre, que probaste todos los tormentos, Tú nos amaste con amor puro, sincero y fiel y nos diste testimonio clarísimo de él con tu nacimiento, con tu vida y con tu muerte. Mas por nuestra indidelidad olvidamos que naciste pobre, en el dolor y en el desprecio. Y tu muerte, aunque tan miserable y abatida, tan sumamente dolorosa, vilipendidada e ignominiosa, no nos decide a morir continuamente y del todo.
¿Quién de nosotros corresponde a tal fiel y divina fidelidad con una fe, tal vez pequeña, pero viva y continua? Por desgracia, cada cual está siempre pronto a echar a un lado la carga, como si el llevarla no fuese deber estricto. Oh Dios Hombre doliente, que nos fuiste tan fiel, danos serte todos fieles a Ti.
Sta Angela de Foligno
No hay comentarios:
Publicar un comentario