"Oh Jesús mío, te ruego por toda la
Iglesia: concédele el amor y la luz de tu Espíritu y da poder a las palabras de
los sacerdotes para que los corazones endurecidos se ablanden y vuelvan a ti,
Señor.
Señor, danos sacerdotes santos; tu mismo
consérvalos en la santidad. Oh Divino y Sumo Sacerdote, que el poder de tu
misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de las trampas y
asechanzas del demonio, que están siendo tendidas incesantemente para las almas
de los sacerdotes. Que el poder de tu misericordia, oh Señor, destruya y haga
fracasar lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes, ya que tú lo
puedes todo (1052).
Oh mi amadísimo Jesús, te ruego por el
triunfo de la Iglesia, por la bendición para el Santo Padre y todo el clero,
por la gracia de la conversión de los pecadores empedernidos. Te pido, Jesús,
una bendición especial y luz para los sacerdotes ante los cuales me confesaré
durante toda mi vida (240)."
Santa Faustina Kowalska (Diario 1052,
240)